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virtuales, nuestros cuerpos habitan un océano interminable, que no es un llanto
implacable, uniforme, interno, sino una suerte de cortina fina y traslúcida hecha
de recuerdos mudos de hace poco más de cien años, de soledad cinematográfica (para
nosotros, jóvenes de hoy, antes del cine nada existía),
recuerdos
pasajeros encimándose uno tras otro, para subir al barco, avión, tren o camión,
aunque no sepan a dónde viajan, aunque crean ganar el mejor asiento, aunque lo
tomen prestado,
pasajeros bailarines protegidos con audífonos,
pues jamás recibirán aplausos, entre árboles protagonistas de su sitio en la
pantalla,
sitio
silla o promontorio del aburrimiento para conversaciones balbucientes, típicas
del juego satírico de las moscas muertas, los dedos y luego unos besitos,
entre
hombres desnudos, hundidos, hechizados, afiebrados, lobos, andaluces o consoladores,
y mujeres que son niñas que son jóvenes que son viejas inexistentes, Matildas vestidas o desnudas, pero siempre adornadas,
alguien ya lo dijo, extrañamente siempre adornadas incluso cuando se ponen a la
altura de la desnudez:
máscara
impaciente y apasionada por abrir las puertas que han de llevarnos a ninguna
parte o a otra puerta, sí, lo sabemos, pero que al fin y al cabo nos lleva y lleva,
y nos lleva sin cesar ―¡qué nos importa transitar túneles sin paisajes, en infinita
oscuridad!;
lo
que importa es el flujo y el reflujo, no quedarse atrás, oír el rugido del
motor y ponerse contento, sentir el engarce del cambio y el empuje de la
velocidad y emocionarse, experimentar el despegue y el mecerse de la nave y caer,
insensiblemente, en uno mismo;
y
luego que nos hablen bonito, por favor, y que nos hagan sentir como en casa, y
que nos anuncien nuestro destino con precaución, y que nos abran la puerta después
de un buen viaje para soltar salir saltar sortear, soltar salir saltar sortear
los límites verbales del desierto espiritual que inunda los medios tecnológicos;
porque
cualquier lugar del mundo o del inframundo, del cielo o de la tierra, del
universo o de la mancha de sangre colonizando la rosa blanca es mejor que el
fijo aquí y ahora sujeto al tiempo
que siempre nos hace falta, y a la reacción y la improvisación de última hora, misma
hora a la que se llega tarde con espantoso rigor;
en
estas épocas de demagogia demográfica y lujosos estorbos almacenados en nuestros
basureros hogareños, resplandecen procesiones de estandartes que también son crucifixiones,
cruces y ficciones de millones de seres: las faldas y pies vueltos medusas
subacuáticas o crisantemos vistos de cabeza, la pieza de ajedrez derribada en
la playa y las ramas de árboles sin hojas aparecidas un momento largo cerca del
principio, los telones o escenarios arcoíris o vapores de fondo y los diferentes
actores y personajes con bigote cultivado (siempre con bigote), las cordilleras
de edificios, las jaulas con leones dormidos y los taladros penetrando la piel,
las sábanas, los bombines, los cigarros, las carteras, los tubos, los payasos,
las nalgas, los sacacorchos, las lanzas o cuchillos o navajas o llaves de
puertas y las músicas ininteligibles de película, los desdobles de uno y los
encuentros de dos, los suicidios nobles antiguos y los tumultos y colisiones y
hecatombes involuntarios de hoy, las parvadas de aves y los graznidos de micrófonos,
los ojos en los espejos y las naranjas mecánicas, los rostros o manos
infestados de insectos y el techo-cama deshojándose de pétalos color rojo
oscuro en cuyo centro descansa la pálida y sonriente belleza, durante tres
breves acercamientos cerca del final;
pues
preferible es volverse loco sin necesidad de llamarse Federico, y hospedar la simulada
idolatría de un Jesucristo atrapa-cuervos, la verdad acariciando la calva circunferencia
afanadamente fromulaica de la luna llena, una pantomima Marcelina o un único
baile Salvador en el cerebro, ese otro músculo digestivo, insaciable consumidor
de le mouvement pour le mouvement, y
poner en el simulado fonógrafo el disco de aquel atrevido concierto en blanco:
mis
palabras cantadas por tu boca y por su boca y por la de él y por la de ella,
porque un recuerdo aquí, las ramas de árboles sin hojas, un fragmento, fractal
de otro fractal, un vistazo azarosamente pero a colación se completa allá, en
otro vistazo, en el techo-cama deshojándose de pétalos color rojo oscuro en
cuyo centro descansa la pálida y sonriente belleza, cuando allá ya es aquí y
aquí allá, fuera de mí, lejos de mi control, apenas una imagen fotográfica, una
frase esquemática, “las ramas de árboles sin hojas”;
o
un papel quemado en penitencia que, un día, siglos después, amanece como la
necesidad de un número obsesivo que hay que recuperar, y otro día anochece como
unas cuantas notas de Beethoven repetidas estúpidamente; o la espera de la
llamada y el camino tomado obedientemente; o finalmente cualquier objeto o pedazo
de objeto reencontrado por uno mismo, como si maliciosamente se hubiese
escondido entre “nuestras” cosas, que ahora sólo nos recuerda cómo lo estuvimos
buscando, que sufrimos al perderlo;
y
percibimos el curioso alivio del olvido inesperado y la ingenuidad del
sufrimiento, que tal vez ajuste y se nos ocurre añadir el pedazo a otra parte
incompleta, o en todo caso lo abandonamos definitiva y nuevamente por ahí, para
que continúe su deambular, para que se vaya ya, para que se halle ido, líquido,
agua, nube, lluvia, granizo, nieve, mar, olas, océano, maremoto, tsunami, vorágine nocturna, sueño húmedo, vacación
interminable:
Cuz I'm praying
for rain
And I'm praying
for tidal waves
I wanna see the
ground give way.
I wanna watch it
all go down.
Mom, please flush
it all away...
Así
como en su furioso poema Ænema
el señor James Keenan escatológicamente invita que aprendamos a nadar y a la
vez bajarle o pedirle a Mamá Natura que le baje a la palanca, yo por mi parte también
os aconsejo, innumerables fanáticos de la Libélula Amatista, no se desmayen si
no entienden y aprendan a nadar y a echarse clavados, dado que, para que les
miento (y qué si de terror apocalíptico no me creen): esto no se acaba, no habrá
final.
Voilà tout!
holaaaaaaaaaa
ResponderEliminarsuban la letra de las CANCIONES DEL SEGUNDO DISCO!!!